jueves, 8 de marzo de 2012

EL DESTINO DE MUSSA


Esos deslumbrantes ojos que opacan el color del mar. 
Los rizos abundantes que arden e impregnan los dedos de sol. 
Esas manos abominables y bellas que arrebatan la vida de los hombres. 
Esa boca que hace naufragar a los valientes marineros mujeriegos y sinceros que se atreven a navegar por el insaciable mar de falacias. 
Esa misma boca comerá polvo, la tormenta de la noche consumirá el resplandor de sus ojos hasta que sus podridas manos arranquen el rojo de su cabello por la desesperación de ver el manto negro sobre su cuerpo. 

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